En este punto de mi recorrido he logrado reconciliarme con tu presencia; el paso del tiempo ha hecho posible que mi inmadurez deje de despreciar tu belleza, la misma que se esconde bajo tus largas y frías noches, porque a pesar de ello y a pesar de tus amaneceres cubiertos de niebla y escarcha, albergas una extraña y misteriosa quietud que hace limpio el aire que respiro y armonioso su rumor.
Y en esos largos y gélidos paseos de árboles desnudos puedo advertir el aroma que desprende el calor de los hogares, mientras mis pulmones reciben tu pureza.
Y llegas a tu fin, como en cada ciclo, alargando tus tardes y coloreando de naranja la lejanía, renovando el color de mi espacio para dar paso a una nueva y dulce etapa.
Muy bonito .Como siempre...
ResponderEliminar¡Gracias!
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