Llegas de nuevo como siempre, como cada año, regalándonos tu maravilloso manto multicolor vestido de armonía, preciosa alfombra de tonos rojizos, ocres y amarillos hechos de hojas marchitas, que van desnudando los árboles y caen suavemente, cubriendo con gracia las calles e invitando a los largos paseos vespertinos que nos inducen a mirar al frente y respirar vida por todos los poros de nuestra piel, mientras cae el sol por el horizonte dando paso al fulgor nocturno que ilumina, risueño, los nuevos momentos que llenan ahora nuestro espacio y traen con ellos el deseo de sentir experiencias nuevas y las
ganas de bailar al ritmo de la vida y devorarla, apurar los rayos de luz antes de que el frío invierno cubra los tejados de oscuridad y el color se evapore en la lejanía.