Te siento, y lo que antes me producía tristeza llega ahora a mi interior como una caricia, porque el tiempo ha curado las heridas de mi alma y, a la vez, me ha aportado esa amplia visión que la experiencia trajo consigo.
Te siento y respiro paz, porque limpias mi espacio, todo mi alrededor, engendrando esa fragancia propia de la vida renovada, recomponiendo los trozos de alegría que se había ido destruyendo.
Te siento y sonrío, porque destierras los desaires que me produjeron ciertas acciones dañinas, haciendo mi corazón más fuerte que nunca.
Te siento y siento alivio, porque es como si el universo descargara su dolor y rabia, arrastrando esa furia y dejando paso al desahogo.
Te siento y agradezco tu aparición, porque hace más fácil comprender que nada de lo que me hirió persiste, sino que se diluye en la memoria.
Te siento hoy más intensamente que nunca, a ti, lluvia, porque a pesar de tu melancólico aspecto, acoges en ti una belleza inigualable que hace brillar la mirada de quien lucha por seguir respirando.
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ResponderEliminarAlgunas veces hago aguas.
EliminarQue bonito escribes.
ResponderEliminarEspero con ganas tu siguiente relato.
Muchas gracias, en tiempos como este cuesta inspirarse, pero hay que seguir
EliminarMe gusta mucho!!! Con lo que esta cayendo.
ResponderEliminarGracias!!!
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