Anduve perdida, deambulando por un destino que no estaba hecho para mi, a merced de las garras de seres injustos y crueles que volcaban su odio sobre cualquier alma incauta como la mía, que renunció siempre a la maldad y al desprecio remando en contra de una corriente perversa y maligna, cuyo cauce contaminaba todo mi alrededor.Pero hubo un momento en que pude huir de allí, despojándome de mis complejos por el camino, amarrando con fuerza mi suerte y destruyendo el absurdo miedo a vivir, ignorando las miradas llenas de prejuicios y burlando sus ganas de herirme.Supe dar color a mis días, ilusionarme en cada nuevo albor, agradecerle a la vida cada pequeño instante, y respirar la savia de mi existencia.
Y cada vez que miro al pasado no puedo evitar sonreír con alborozo, y descubro, satisfecha, que valió la pena intentarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario